En grupo de científicos ha descubierto por qué las personas sienten una conexión especial con alguien desconocido, y atribuyen tal afinidad con la actividad de una región del cerebro donde residen las recompensas y la euforia, publica hoy la revista Science.

 

Dean Mobbs, del Consejo de Investigación Médica en Cambridge (Reino Unido), y Luca Passamonti, del Consejo Nacional de Investigación en Cosenza (Italia), encabezaron un grupo de investigadores que estudió las áreas del cerebro que intervienen en la empatía entre las personas.

 

Los investigadores recurrieron a los juegos de competencia que son tan populares en la televisión para analizar por qué poseemos una tendencia inherente a alegrarnos cuando vemos que extraños, con los que no tenemos relación alguna, ganan. Sobre el modelo de esos juegos, los investigadores hicieron que un grupo de voluntarios viera dos películas de personas diferentes que describían sus puntos de vista personales, sociales y éticos.

 

Uno de ellos dio puntos de vista agradables y aceptables, en tanto que otro expresó actitudes que disgustaron a los voluntarios. Luego los investigadores observaron los cerebros de los voluntarios mientras estos miraban la competencia de las dos personas en el juego, en el que el ganador recibía un premio en dinero efectivo. Para su estudio, los investigadores escanearon imágenes de resonancia magnética para ubicar las áreas del cerebro asociadas con la percepción de otra persona como similar a uno mismo, y luego, el sentimiento placentero acerca de los logros de esa persona.

 

Mobbs y su equipo observaron que cuando el voluntario veía que la persona con la cual más simpatizaba ganaba el juego, se tornaba activo el estriato ventral, una región del cerebro involucrada en la experiencia de recompensa o euforia.

 

Esa misma región se mostró activa cuando los voluntarios participaron en el juego ellos mismos y cuando ganaron.

 

Los investigadores vieron luego que otra región del cerebro, la corteza cingulada ventral anterior, implicada en los sentimientos relevantes para el “sí mismo”, también se mostraba activo y correlacionado positivamente con el estriato ventral.

 

A la luz de estos resultados, los investigadores indican que la corteza cingulada ventral anterior modula los sentimientos positivos acerca de “sí mismo”, y luego los transmite al estriato ventral para que se exprese el sentimiento de recompensa o euforia cuando vemos ese “sí mismo” en otras personas.

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