Te ha preguntado alguna vez por qué hay tantos cereales, papillas y leches especiales para bebés que están enriquecidos con hierro. El hierro es un nutriente esencial en la dieta diaria de cualquier niño y es necesario para fabricar hemoglobina, el componente de los glóbulos rojos encargado de transportar oxígeno. Los glóbulos rojos circulan por el cuerpo para repartir oxígeno a todas las células del organismo. Cuando no hay suficiente hierro, el cuerpo no puede fabricar suficientes glóbulos rojos y los tejidos y órganos del cuerpo no pueden recibir el oxígeno que necesitan para funcionar adecuadamente. Por eso es tan importante que los niños y adolescentes ingieran suficiente hierro en su dieta diaria.
¿Cuánto hierro necesita un niño?
Los niños requieren diferentes cantidades de hierro en distintas edades y etapas de la vida. He aquí unas directrices para saber cuánto hierro deberían tomar en cada etapa para crecer y desarrollarse adecuadamente:
Los lactantes alimentados con leche materna tienden a recibir suficiente hierro de sus madres hasta que tienen entre 4 y 6 meses de edad, momento en que se suelen introducir en su dieta las papillas de cereales enriquecidas con hierro (aunque las madres que dan el pecho a sus bebés deberían seguir tomando las vitaminas prenatales). Los bebés alimentados con leche artificial deberían tomar variedades enriquecidas con hierro.
Los lactantes de 7 a 12 meses necesitan 11 mg de hierro al día. Los bebés de menos de un año deberían tomar papillas de cereales enriquecidas con hierro aparte de la leche materna o una leche infantil enriquecida con hierro.
Los niños de entre uno y 12 años necesitan entre 7 y 10 mg de hierro diarios.
Los adolescentes deben tomar 11 mg de hierro al día, mientras que las adolescentes deben tomar 15 mg. (La adolescencia es una etapa de rápido crecimiento y además las adolescentes necesitan reponer el hierro que pierden cada mes a través de la menstruación.)
Los atletas jóvenes que practican regularmente un ejercicio intenso tienden a perder más hierro y pueden requerir un aporte extra de hierro en su dieta.
¿Qué entendemos por deficiencia de hierro?
La deficiencia de hierro ocurre cuando las reservas de este mineral que hay en el organismo se empiezan a agotar. Puede ser un problema en algunos niños, particularmente aquellos que tienen entre uno y tres años de edad y en los adolescentes (sobre todo en las chicas que tienen fuertes menstruaciones). De hecho, muchas adolescentes están en situación de riesgo de padecer una deficiencia de hierro –incluso aunque tengan menstruaciones normales- si sus dietas no contienen suficiente hierro para compensar las pérdidas de glóbulos rojos portadores de hierro que tienen lugar durante la menstruación. Asimismo, los atletas adolescentes pierden hierro a través del sudor y por otras vías cuando hacen ejercicio intenso.
Tras cumplir 12 meses, los niños pequeños se encuentran en situación de riesgo de padecer una deficiencia de hierro porque dejan de beber leche artificial enriquecida con hierro y pueden no estar tomando papillas de cereales enriquecidas con hierro o suficiente cantidad de otros alimentos ricos en este mineral para compensar la diferencia.
El hecho de beber mucha leche de vaca (más de 700 ml al día) también puede colocar a un niño pequeño en situación de riesgo de desarrollar una deficiencia de hierro. He aquí el porqué:
La leche de vaca contiene muy poco hierro.
Los niños, especialmente los que tienen entre uno y tres años, que beben mucha leche de vaca pueden perder parte del apetito y ser menos proclives a comer otros alimentos ricos en hierro.
La leche reduce la absorción de hierro y también puede irritar la mucosa que recubre el interior de los intestinos, provocando leves hemorragias y la pérdida gradual de hierro a través de las heces.
La deficiencia de hierro puede afectar negativamente al proceso de crecimiento y desarrollo de un niño, pudiendo provocar problemas de aprendizaje y de comportamiento. Puede evolucionar a una anemia ferropénica, un trastorno asociado a una reducción de la cantidad de glóbulos rojos en la sangre. Muchas personas que padecen anemia ferropénica no tienen ningún síntoma ni ningún signo porque las reservas de hierro del organismo suelen disminuir muy lentamente. Pero, a media que va progresando la anemia, pueden aparecer algunos de los siguientes síntomas: fatiga y debilidad, palidez en la piel y las mucosas, aceleración de la frecuencia cardiaca o un nuevo soplo en el corazón (detectado en una exploración pediátrica), irritabilidad, pérdida de apetito, mareos, vértigos o sensación de que se te va la cabeza.
Si su hijo presenta cualquiera de estos síntomas, hable con el pediatra; probablemente le mandará un simple análisis de sangre para determinar si tiene o no anemia ferropénica y, en caso afirmativo, le recetará un suplemento de hierro. De todos modos, puesto que un aporte excesivo de hierro también puede provocar problemas de salud, no debería darle nunca a su hijo suplementos de hierro sin preguntárselo antes al pediatra.
Aunque este nutriente se encuentra en diversos alimentos, el hierro de origen animal se absorbe mejor que el de origen vegetal. Algunos de los ejemplos de alimentos ricos en hierro incluyen: carne roja, atún, salmón, huevos, tofu, cereales enriquecidos con hierro guisantes, fruta deshidratada, verdura de hoja oscura, como las espinacas y las acelgas, cereales para el desayuno enriquecidos con hierro.
Aparte de servirle a su hijo una dieta rica en hierro, he aquí algunas formas de asegurarse de que el niño está ingiriendo suficiente hierro:
• Limite la ingesta de leche de su hijo a entre 470 y 700 ml diarios.
• Siga dándole cereales enriquecidos con hierro hasta que tenga entre 18 y 24 meses.
• Sírvale alimentos ricos en hierro junto con otros que contengan vitamina C –como tomates, naranjas y fresas- que favorece la absorción del hierro.
• Si su hijo es adolescente y/o vegetariano, supervise su dieta para asegurarse de que está ingiriendo suficiente hierro. Puesto que el hierro de origen animal se absorbe mejor que el de origen vegetal, tal vez necesite añadir alimentos enriquecidos con hierro a la dieta de su hijo.
Asegúrese de llenar la despensa de alimentos ricos en hierro o enriquecidos con hierro, tanto para incluirlos en las comidas principales como en los tentempiés entre comidas. Sirva a su familia alimentos ricos en hierro cada día y enseñe a su hijo que el hierro es una parte importante de una dieta saludable.