Lo natural no siempre significa inocuo. Muchos suplementos herbarios, utilizados de manera adecuada, pueden ser seguros y talvez hasta provechosos para la salud; pero pocos de ellos pueden ocasionar problemas mortales o interferir peligrosamente con otros medicamentos.
Algunas de las interferencias conocidas entre suplementos herbarios y medicamentos:
Hierba de San Juan o hipercina: Este suplemento puede aumentar o disminuir enormemente la fuerza de muchos medicamentos y ocasionar efectos secundarios graves. Los pacientes que toman antidepresivos, anticoagulantes, algunos remedios para el asma, medicamentos para inmunosupresión o esteroides posiblemente deberían evitar la hierba de San Juan o hipercina.
S-adenosilmetionina (SAM-e): Puede provocar efectos secundarios graves al tomarla con medicamentos antidepresivos que afectan la serotonina.
Ajo, ginseng, jengibre y artemisa: Los pacientes que toman anticoagulantes, como la aspirina, warfarina (Coumadin) o clopidogrel (Plavix) deben evitar estos suplementos porque podrían aumentar el riesgo de sangrado. Los suplementos de condroitina y glucosamina también podrían interferir con la warfarina.
Ginkgo: El ginkgo podría aumentar el riesgo de sangrado en pacientes que toman anticoagulantes. El ginkgo puede contrarrestar el beneficio de los diuréticos tiazida para bajar la presión sanguínea. Además, puede interferir con los anticonvulsivantes.
Kawa-kawa: La kawa-kawa o kava-kava es un sedante y se la vincula con problemas hepáticos graves, incluso cuando se toma durante un corto período. Muchos medicamentos, como los fármacos para disminuir el colesterol, conllevan el riesgo de sufrir daños en el hígado. Tomar kawa-kawa podría aumentar aún más el riesgo de presentar problemas hepáticos.
Siempre es mejor que el proveedor de atención médica esté informado sobre el empleo de suplementos, especialmente al empezar un nuevo medicamento o al prepararse para un procedimiento médico. Algunos suplementos necesitan suspenderse dos o tres semanas antes de ciertos procedimientos porque alteran la coagulación de la sangre, la respuesta a la sedación o el control de la presión sanguínea.