La colitis es uno de los padecimientos más comunes en las grandes ciudades, la mala alimentación, el desorden en los horarios en los que comemos y el estrés son factores que favorecen la aparición de este problema.

 

El colon es parte del intestino grueso que sube por el lado derecho de la cavidad abdominal, cruza el estómago y se dirige hacia abajo por el lado izquierdo. Su desempeño es esencial en el sistema digestivo y su funcionamiento normal se basa en movimientos (ondas) que sirven de impulso para promover la salida del material de desecho.

 

El estrés, ansiedad y depresión puede alterar el proceso digestivo y provocar variaciones en el grado de sensibilidad del intestino, lo cual se puede percibir como dolor y, en otros casos, promueve alteraciones en la movilidad del colon y con ello generar diarrea o estreñimiento.

 

A este padecimiento se le conoce como colon irritable o colitis, puede ser propiciado por el consumo excesivo de alcohol, tabaco, bebidas gaseosas o alimentos grasosos o irritantes. Tiene síntomas recurrentes como dolor en el bajo vientre (a menudo localizado en el costado izquierdo del abdomen), gases intestinales y sensación de rigidez o tensión en el estómago; aunque no siempre se presentan, también puede haber fiebre o sangre en las evacuaciones.

 

Consumir algunos medicamentos modificará la actividad del colon, tal como sucede con los antidepresivos (propician estreñimiento) o antirreumáticos y ciertos antibióticos (incitan a la diarrea). También la falta de ejercicio puede provocar estreñimiento que puede complicarse con un cuadro de colitis, el ejercicio es benéfico para la digestión.

 

La gente con problemas emocionales, tensión en el entorno laboral o escolar y alguna alteración psicológica tiene más tendencia a sufrir colon irritable, por lo cual resulta de vital importancia buscar la forma de encauzar el estrés acumulado mediante ejercicio o terapia psicológica.

 

Recomendaciones dietéticas

 

Un colon irritado será muy susceptible a alimentos que en condiciones normales son inofensivos, pero los que hay que evitar ya que son los más comunes de ocasionar malestar son: leche, frijoles, lentejas y garbanzos, así como col, brócoli, coliflor, cebada y nueces. Igualmente se recomienda evitar carnes y pescados crudos, embutidos, especias y grasas, además de licores y vinos blancos (irritan en mayor cantidad la mucosa del intestino), chocolate, café y bebidas o agua con gas. Es importante aclarar que esto no es una regla y que hay que poner atención a nuestro cuerpo para identificar que alimentos no afectan.

 

Se recomienda realizar 5 o 6 comidas al día, en pequeñas cantidades, ya que hacer tres en mayores proporciones causan frecuentemente cólicos y diarrea en personas con colitis.

 

 Tomar en cuenta lo siguiente:

 

• Tomar al menos dos litros (8 vasos) de agua y/o jugos naturales de fruta al día.

• Las molestias ocasionadas por un alimento determinado surgirán después de 6 horas de haberlo ingerido, de modo que los problemas en la digestión que aparezcan al día siguiente es probable que se deban a otra causa y no a dicho alimento.

• No olvide masticar bien, no hablar mientras come y hacer sobremesa de mínimo 15 minutos.

• Mantener un horario fijo de comidas, e intente evacuar siempre a la misma hora y sin prisas, preferiblemente después del desayuno.

• Realice ejercicio físico (caminar, nadar u otro de impacto moderado).

• No se recomienda el uso de laxantes en caso de estreñimiento, salvo que el médico lo indique.

Acuda con un nutriólogo para obtener un plan de alimentación personalizado para mejorar su digestión y evitar los síntomas de la colitis.

 

Lic. Raquel López Tirado

NUTRIOLOGA

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